Café Via Via en la Plaza Mayor de Huamanga

gastronomía ayacuchana

Restaurantes y Cafés

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Limacos

Un lugar muy de moda, con decoración orgánica y vanguardista (de estilo “SoHo andino”, según los propietarios), donde el paisaje se fusiona con la arquitectura. El chef, José María, se encarga de servir platos locales como capchi con papa y puca picante, pero siempre con un toque de sofisticación. Los cócteles son memorables y se elaboran con frutos de la zona, como la mashua morada, cedrón y ciruelos blancos. Los helados también son imperdibles. Como siempre está lleno, recomendamos reservar con antelación.

Mamachina

Hospedaje de temática rústica con habitaciones muy confortables y limpias. La casa, con fachada blanca pintada a modo de retablo, resulta muy pintoresca, y está rodeada de jardines, patios y terrazas. El restobar sirve platos típicos, como chicharrón, cuy, puca picante y capchi ayacuchano, además de tragos a base de macerados de frutos locales. Para una experiencia realmente placentera, después de un largo día recorriendo los atractivos del lugar y recargar pilas en torno a la chimenea con un humeante caldo de gallina.

QuinuaQ

En la opinión de muchos, el mejor restaurante de Quinua. Sirven ricos platos, como alitas bouchet, cuy crispy y la infaltable puca picante; y su especialidad es la coctelería (aconsejamos probar el mojito de mango). El personal es amable y atento. Desde la terraza del segundo piso se pueden admirar las magníficas vistas de la campiña y las montañas.

Casa Flomir

En el histórico pueblo de Quinua encontramos este espacio para el descanso con habitaciones y bungalós que invitan a quedarse por lo menos una noche por sus áreas verdes, su magia y encanto, que se combina con buena comida tradicional regional y apreciables vinos. Las truchas crocantes o el japchi (queso fresco aplastado con hierbas de la zona) son sumamente recomendables. Se trata, además, de la casa familiar de Doña Miriam Allende, que ha sido decorada y cuidada con esmero y buen gusto.

El Obelisco

Este no es el de la pampa, sino el de Martha Mendoza, quien junto a su madre Rufina pasó de vender puca picante a los pies del monumento a montar un espacio agradable y colorido en una de las principales calles de la ciudad. Hay platos clásicos, pero también cajas chinas, chicha dulce, jugosas costillas, cuy crujiente, papas nativas doradas, chicharrones, capchi y puka picante con panka y airampo, entre otros manjares del recetario familiar.

D’ Sarita Restobar

Marino Límaco, destacado artesano, ha logrado crear una suerte de pequeño recreo-restaurante al aire libre en el que cocina y atiende con esmero toda su familia. Su taller es el marco para un menú casero, que se despliega sabroso e innovador, con propuestas como la chicha de níspero jugosa, la sara lawa (sopa de maíz o choclo molido), el chaufa de quinua con verduras crujientes y pollo, y los cócteles preparados por Kevin, hijo de Marino.

Carnívoros Aycha

Restaurante campestre con buenas parrilladas, vinos y piscos para hacer un alto en la ruta entre Huamanga y Quinua. La sala principal es un inmenso espacio de cristal decorado en estilo rústico-minimalista, desde donde se pueden contemplar vistas imponentes. Cuentan con amplios jardines para pasar un día de campo, así como piscina exterior iluminada. También tienen estacionamiento privado para clientes y, por si fuera poco, los perros son bienvenidos. Muy cerca de Pikimachay y el centro arqueológico Wari.

Pizzas D’Mamá Lidia

Otro pequeño emprendimiento que se ha centrado en las pizzas y pastas. Perfecto para compartir en familia y degustar sabrosas combinaciones. Las porciones son bastante generosas y también ofrecen delivery, o sea que puede ser una buena alternativa si quieren quedarse descansando en el hotel luego de un ajetreado día de turismo.

El Nino Pizzería y Pollería

Otro clásico de la ciudad, a pocas cuadras de la Plaza Mayor y con una carta extensa que no solo incluye platos locales sino también de todas las regiones del país e internacionales. Es conocido por sus pizzas, pero en sus amplios salones de casona antigua se sirven, además, pastas, pollos, parrilladas, anticuchos, riñones a la parrilla, ensaladas, alitas, brochetas, morcillas, bifes, trucha y más. Si están con hambre, este es el lugar.

Calderia 24

Para los amantes de las sopas y los caldos contundentes. También para recomponerse de la altura, si acaso esta les afecta. Acá el caldo de gallina es la estrella, pero también ofrecen caldo de mondongo ayacuchano y de cordero, sancochados o caldo de gallina acebichada, entre otros.  Las sopas pueden ser acompañadas de pollo a la jardinera, tequeños, churrascos a la parrilla, lentejas y otros platillos. 

Kruji Bros

Para los apasionados del pollo frito, acá tienen un emprendimiento local con el clásico broaster, pero con sazón netamente ayacuchana.

Mercado Ayacucho

Este emprendimiento de Peruvian Food Markets se presenta como el primer proyecto gastronómico-cultural de Huamanga y busca poner en valor los platos e insumos regionales mediante marcas ayacuchanas emblemáticas y de corte internacional. Allí podrán encontrar a Mama China, Don Coco, Caldería 24, Miskyfrooz, Miroshnik, Krujibros, Nussari (chifa), Pizzas D´Mama Lidia, Piccayes (picarones) y Epica Bar (cócteles de autor hechos con jugos y jarabes naturales). El diseño está inspirado en la historia local y ha sido trabajado con distintos artistas, como el maestro Alfredo López de la Casa Museo Joaquín López Antay.

Maraycha Restaurant

Suculentos tecctes y guisos. Además, ofrece una gran variedad de propuestas locales que arrancan con una mistura ayacuchana, pasando por los chorizos ayacuchanos, chicharrones, cuchimanca y chupe de quinua.

Los Álamos

Buena opción para un día agitado que, además, resulta bastante asequible. Menús para una y hasta cuatro personas que incluyen pollo, ensalada, papas fritas, sangría o refresco. Ofrecen también desayunos de estilo americano.

Casona Leonard D’Patrick

Casona tradicional huamanguina que ofrece comida nacional e internacional. Un local muy atractivo, con buena atención y noches de peña los fines de semana.

La Casona

Cocina típica ayacuchana con su propia impronta. Sirven cuy, puca picante, trucha y también algunos platos del repertorio criollo, así como pastas y pizzas.

Recreo Típico “Tu Casa”

Otro de los clásicos recreos huamanguinos, donde las porciones siempre son generosas y sabrosas. Acá se cocina lo típico, así que van a poder calmar el hambre con su plato estrella, el mondongo ayacuchano, que sirven sin falta todos los días. Acompáñenlo con puca picante, cuy chacctado o capchi cremoso.

Sukre

Se encuentra ubicado en lo que antiguamente era el Club 9 de diciembre, así que a pesar de los cambios se puede seguir observando, en paredes, espejos, puertas y dinteles, la prestancia de antaño y el arte de sus inicios. Es una casona histórica y, desde sus balcones, es posible admirar la espléndida Plaza Mayor. La carta es vasta y diversa: desde carnes y pescados de río hasta tequeños para picotear, chicharrones al estilo huamanguino y trucha chacctada. También pasta y lomo a la pimienta para los más clásicos. Para abrir y cerrar, cócteles, batidos, infusiones, chocolate caliente y postres.

Magia Negra Taberna Trattoria

Acá todo se transforma en magia. Este lugar de culto huamanguino es un imperdible de la ciudad. Más allá de su carta, compuesta por pizzas a la leña y pastas, lo histórico se entrelaza con recuerdos de antaño y nuevas generaciones que han adoptado el espacio como favorito. Hay buena música y una barra con mucha onda. No se vayan de Ayacucho sin pasar por acá, especialmente si buscan lugares donde no solo importa la comida, sino también la buena vibra. Para charlas interminables con amigos.

El Wallpa Sua

Pollo a la brasa con receta propia. Bastante buscado por locales y visitantes, y con una muy buena relación calidad precio. Vale la pena darse una vuelta si están con el antojo. También se especializan en parrillas.

Los Pollos de Mario

Sus brasas cuecen secretos de muchas hierbas y aderezos que pasan de generación en generación. Por ello, la piel de los pollos está siempre crujiente y la carne jugosa, acompañada de papas nativas, caseras y familiares. Hay, además, salsas y ensalada fresca, todo en un ambiente relajado que te hace sentir en casa.

Centro Cultural San Cristóbal

El patio central del exconvento de los padres Jesuitas, situado a media cuadra de la Plaza Mayor de Ayacucho, alberga un patio de comidas en el que podemos encontrar platos internacionales, nacionales y locales. Buenas pastas, vinos y café son cómplices inmejorables para pasar una tarde en este lugar cargado de historia y tradición huamanguina. Un espacio perfecto para las mejores tertulias.

Vía Vía Café

Aquí, quien no cae, resbala. La carta cuenta con múltiples creaciones de la casa, pero también ofrecen un menú contundente para el almuerzo. Los platos, como el arroz chaufa, la quinua o la trucha, dan para compartir, por eso mejor consultar antes de pedir. Dado que parte de un concepto belga, sirven también especialidades y cervezas originarias de dicho país europeo. También hay variedad de cócteles (chilcanos macerados de aguaymanto o coca, por ejemplo) y bebidas. Recomendamos los piteados: infusiones con licor o un buen pisco y lo mejor es que posee una hermosa vista a la Plaza Mayor de Ayacucho.

Nino Restaurant

Más de 60 años de tradición hacen de este uno de los restaurantes más emblemáticos de Huamanga, donde todo conductor y viajero a Huanta, San Miguel, el VRAEM y el centro del Perú converge para dar fe de la exquisitez de los platos regionales que con tanto cariño ofrecen los herederos de don Diómedes Allende y Doña Filomena Gálvez. Aquí uno se siente en casa y si el plan es comer bien y sano, este es el lugar.

El Templo Bar y Cocina

Con una ecléctica decoración “hindú-andino-tropical”, que pesar de ser algo kitsch funciona y resulta muy acogedora, se trata de un establecimiento muy cool, perfecto para ir con amigos y disfrutar de deliciosos platos y piqueos, como el chorizo a las hierbas, la lasaña o los plátanos verdes fritos. La barra sirve buenos vinos peruanos e internacionales; y su coctelería molecular y de autor, inspirada en famosos templos del mundo, como el Taj Mahal, resulta memorable. Todos los cocteles, de espectacular presentación, se ofrecen con un hielo cristalizado especial inventado por la casa para mantener la temperatura.

Las Flores

Emblemático local de Ayacucho que ha ido creciendo con el tiempo y, por lo general, siempre está lleno. Su puka picante es un clásico, así como el crujiente cuy y los chicharrones. Las salsas son contundentes y los platos generosos, tanto que dan para compartir. Hay lechón asado, chuleta de cerdo, trucha frita y capchi acompañado de papas locales, tiernas y arenosas, que se prestan para comer con salsas variadas. Todo un festín.

Los Dulces de Balay y los Tradicionales “Muyuchi”

Mujeres huamanguinas se apostan en los portales de la Plaza Mayor de Ayacucho y ofrecen deliciosos dulces, galletas y los helados artesanales conocidos como Muyuchi, elaborados a base de leche y ajonjolí. Los secretos del tradicional helado huamanguino se transmiten de generación en generación, lo que los vuelve únicos en el Perú.

Mr. Pan

Para el postre, acompañar el café o, simplemente, matar un antojo. Acá no hay solo galletas recién hechas, sino también donas coloridas y pastelería alegre. Todo recién salido del horno y en generosas porciones. Para los más dulceros.

Doña Violeta

Violeta Enciso, conocida por sus galletas y bizcochos, tiene un repertorio de tentempiés que crece con los años. Sus canastas de delicias recién horneadas son la tentación de quien pase a su lado los fines de semana, durante las caminatas de media tarde. Ella se acomoda, colorida y oronda, en la Plaza Mayor y vende al gusto o en cajitas ya preparadas tentaciones varias, como bizcochuelos o maicillos crujientes y adictivos. Es una de las tradiciones más tiernas de Huamanga.

Miskyfrooz

Qué gratificante resulta cuando se forjan nuevos proyectos y detrás hay jóvenes emprendedores con ganas y creatividad, como es el caso del Miskyfrooz, de Jhony García. La leche de vacas Brown Swiss viene desde Alpachaca y se convierte en un delicado, dulce y cremoso helado. Además de los sabores clásicos, Jhony apunta también a la diversión, agregando no solo granos andinos y frutas, sino también snacks coloridos que resultan muy atractivos para los más chicos.

El Puerto Café

Otro espacio que trabaja con cacao de origen y cuyos empaques, inspirados en las tablas de Sarhua, son una maravilla. Además de disfrutar de las tabletas hay distintas opciones para acompañar el café.

Café Ayacuchano

Una cafetería que se ha centrado en difundir el trabajo de los caficultores del VRAEM y busca motivar el consumo interno de café. Además, la carta para picar está bien nutrida de opciones, que van desde chaplas calentitas con queso hasta diversas opciones con pollo. La vista a la Plaza Mayor de Ayacucho es espectacular.

Cafetería Miroshnik

Una agradable cafetería que, además de ofrecer café de la región, explora el mundo del chocolate en todas sus formas, a partir de un cacao que llega directamente desde la finca Gamarra Miroshnik (ubicada en Matucana, en el distrito huantino de Sivia). Trabajan cacaos nativos, como el Chuncho y el Vraem y con ellos no solo elaboran tabletas de perfiles y porcentajes distintos, con delicados y creativos empaques, sino que además se aventuran por el mundo de la pastelería: no se vayan sin probar la torta de chocolate, que es realmente memorable.

Café Bicentenario

Pedro Ñahui Atao tiene su propia marca, el Café Ayacuchano, que reúne a caficultores del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM). Empezó hace muchos años vendiendo en las calles con una cafetera de ocho litros, cuando aún nadie apreciaba el buen café en Ayacucho. Hoy tiene cuatro cafeterías, sigue trabajando sus campos, rara vez viaja a la ciudad y está empeñado en hacer de Ayna-San Francisco un corredor ecoturístico. En su local, el café se acompaña de pastelería y distintas propuestas saladas.

Dulces de Monjas

Las tradiciones coloniales más golosas no se pierden gracias a las monjas del convento de Santa Clara y el monasterio de Santa Teresa, a quienes las familias más antiguas de Huamanga les han encargado desde siempre dulces para sus celebraciones. Hay mazapanes de almendra, bizcochuelos, turrones blandos, cajas de galletas de anís y maicena. Además, está el famoso dulce de monjas (una suerte de confitura) y las aguas que preparan las Teresitas para combatir los nervios, dolores de cabeza y el estrés (pregunten por el agua de Agrás).

Mercado de Huamanga

Levántense temprano y vayan a contagiarse de la energía del mercado central. Es el lugar perfecto para comenzar la ruta por la ciudad, pues se encuentra muy cerca de los principales conventos e iglesias. En la entrada se acomodan las vendedoras de paltas huantinas, de grasa saludable y sabor a mantequilla pura. También hay bizcochuelos y maicillos, quesos como el cachipa (no dejen de llevarse unos cuantos), wawas y el delicioso muyuchi (una suerte de queso helado), que las vianderas baten todo el día: se fabrica con maní, leche, hielo y ayrampo (Opuntía soerendisi). En días de fiesta, las señoras del muyuchi se trasladan a la Plaza Mayor para ofrecer sus delicias. No dejen de visitarlas, pero lleven efectivo y bolsa grande.

El Horno

Las chaplas son una institución en Ayacucho desde la época de la colonia. Son panes crocantes y aplanados que, por tener poca levadura, están casi vacíos por dentro. Se elaboran con trigo y tienen un leve sabor leñoso y anisado. Las preparan en grandes hornos de piedra volcánica y barro; y la gente hace cola para llevarse a casa una bolsa repleta. Una de las panaderías más reconocidas es la de la familia Cruzat, que solo prepara chaplas y wawas y hornea dos veces al día.