
Casona de la Prefectura ©Antonio Escalante
qué visitar en huamanga
Casonas
Explora la historia viva de Ayacucho a través de sus emblemáticas casonas coloniales y su arquitectura
Las casas y casonas huamanguinas poseen una personalidad bastante definida. Gruesos muros de adobe, patios empedrados, corredores, amplias habitaciones y techos de tejas a dos aguas son algunos de los componentes que comparten las simples residencias de los barrios mestizos y las grandes casas señoriales.
Pocas ciudades en el Perú poseen edificios tan singulares. La belleza de las casonas empieza en la entrada. Un portón de madera, adornado con rosetones de bronce, ángeles en los soportes altos y jaladores con cabeza de león y argolla en la boca, dan paso a un zaguán que se comunica con el patio central. La fachada, enlucida con yeso, conserva las jambas y dinteles esculpidos en piedra, además de ventanas, puertas y balcones de madera con rejillas de fierro. En el interior, el patio empedrado está rodeado de galerías que tienen columnas de madera y base de piedra. Una escalera de piedra ubicada en una de las esquinas conduce al segundo piso, que también cuenta con galerías y amplias habitaciones que funcionaban como salones principales y dormitorios.
La mayoría de las casonas posee un segundo patio, también con galerías y habitaciones donde se instalaban la cocina, el comedor y la despensa. En el fondo se encontraba el huerto con plantas aromáticas –cedrón, romero y arrayán—; y árboles frutales como el naranjo, pacay, níspero o guindo.

Detalle arquerías de la Casa Velarde
La Casona del Marqués de Mozobamba del Pozo
Edificada en la segunda mitad del siglo XVI, se trata de una de las casonas más antiguas de Huamanga. En 1720 fue comprada por Domingo López del Pozo, un inmigrante gallego que amasó fortuna y adquirió el marquesado de Mozobamba del Pozo, quien la dejó en herencia a sus descendientes.
La también conocida como casona Velarde Álvarez posee una fachada que da hacia la Plaza Mayor, con una galería en el primer nivel con ocho arcos de piedra y un corredor en el segundo piso con columnas de madera que sostienen el techo a dos aguas. El zaguán, flanqueado por unos muros de cantería al estilo inca, pero ejecutados en la época colonial, conduce a un amplio patio, en cuyos lados se encuentran dos estructuras de dos pisos con espaciosos cuartos. La galería del lado sur posee anchas columnas de adobe con atípicos capiteles de piedra adornados con esculturas de pumas y serpientes. La otra galería, en el lado este, posee columnas más esbeltas, con capiateles más simples. En una esquina, una amplia escalera conduce a las galerías del segundo piso. Hacia el fondo del patio se hallaba el salón principal, donde el Marqués de Mozobamba del Pozo administraba sus negocios y recibía a sus invitados. Al lado izquierdo del patio se observa un muro inca que no resultó alterado con la construcción de la casona, que fue levantada en un terreno donde antiguamente existió un edificio incaico.
En la actualidad, la casona es propiedad de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. En ella funciona el centro cultural de la institución.

Casona de la Prefectura ©Antonio Escalante
La Casona de la Prefactura
La casona donde actualmente funciona la Prefectura, situada en el portal Constitución N° 15, es comúnmente conocida como la casona del General Nicolás de Boza y Solís, quien fue corregidor de Huamanga entre 1749 y 1761. Sin embargo, este inmueble nunca le perteneció a Boza y Solís. La casa de este corregidor estuvo ubicada en la primera cuadra del jirón Garcilaso de la Vega, 100 metros al este de la Plaza Mayor. En ella, que fue demolida en 1923, funcionó la intendencia de Huamanga durante la colonia y la Prefectura en el siglo XIX. En su lugar se construyó la escuela Gustavo Castro Pantoja.
La casona de la Prefectura es un edificio colonial que fue propiedad del vecino huamanguino José Joaquín Toledo Pimentel y que sería confiscado por los españoles porque su dueño apoyó la rebelión de los hermanos Angulo y de Mateo Pumacahua
en 1814. Por tal razón, la heroína María Parado de Bellido fue encerrada en uno de sus cuartos en 1822. Después de la Independencia, el edificio sería devuelto a los descendientes del propietario original, hasta que en 1942 fue vendido al Estado peruano para que funcionara como nueva sede de la Prefectura.
Como toda casona colonial, esta cuenta con zaguán y portón de ingreso, galerías y habitaciones en los dos pisos, una hermosa escalera labrada en piedra con la que se accede a los ambientes del segundo nivel, arquería de piedra y un espléndido patio rectangular. Sobre el corredor de la fachada, una amplia galería con columnas y balaustras de madera permite una inmejorable visión panorámica de la Plaza Mayor.

Patio de la casa Castilla y Zamora de la ciudad de Ayaucho ©Renzo Tasso
La Casona de Castilla y Zamora
La antigua sede de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga está ubicada al costado izquierdo de la Catedral y debe su nombre al obispo Cristóbal de Castilla y Zamora, quien en 1677 fundó aquella casa de estudios con las cátedras de Arte y Teología. La casona, que fue construida en el siglo XVII y funcionó como palacio de los obispos hasta que en 1703 fue entregada a la universidad, se convertiría en sede de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho durante la primera mitad del siglo XX.
Posee un frontis con arquería y galería en el primer piso y corredor con columnas dobles y balaustres de madera en el segundo nivel. En el eje central de la fachada se encuentra el escudo del obispo Castilla y Zamora labrado en piedra roja.
En el patio interior, conocido como “La Higuera”, todavía se conserva una vieja parra que rebrota en primavera y que, según la tradición, sería la primera que trajeron los españoles al Perú.

Patio de la Casa Chacón
La Casona Chacón
Posee dos ambientes: uno formado por galerías y habitaciones en dos pisos, organizadas en torno a un patio empedrado y una segunda estructura formada por un patio posterior, un corredor y varias habitaciones. Completan la composición del edificio el pórtico con galerías y arcos de piedra en el primer piso, que sostienen un corredor con balcón en el segundo.
En esta casona falleció el escritor Abraham Valdelomar el 3 de noviembre de 1919, a los 31 años de edad.

Patio principal de la Casa Olano
La Casona Olano
La casona Olano es la sede del Banco de la Nación y está ubicada en el Jr. 28 de Julio N° 167, a 50 metros de la Plaza Mayor. Fue probablemente construida en la segunda mitad del siglo XVI, puesto que aún se conservan los restos de un antiguo muro inca de piedra, con una entrada trapezoidal de doble jamba y adornos de serpiente tallados en bajo relieve. En el siglo XVIII pasaría a manos del comerciante Antonio Olano.
El edificio posee dos etapas constructivas. La primera, que es la más antigua, comprende la fachada, el zaguán, dos corredores en forma de “L” en el primer y segundo piso con sus habitaciones y arquería; y el patio central. La arquería posee columnas con capitel jónico sobre el que se han labrado en alto relieve escudos nobiliarios. La siguiente etapa corresponde a la construcción frente al zaguán, con simples acabados en la arquería; y a la estructura elevada situada al lado derecho del patio.

Casona Ruiz de Ochoa
La Casona Ruiz de Ochoa
Ubicada frente a la iglesia de La Merced, esta casona fue edificada en el siglo XVIII por el español Cayetano Ruíz de Ochoa, comerciante de Valladolid, quien se estableció en Huamanga para dedicarse a los negocios, convirtiéndose en administrador del obraje de Ccaccamarca y corregidor de Cangallo. Posee una construcción cuadrangular de dos pisos, con habitaciones, galerías y arquería de piedra que rodean un patrio empedrado. La casona destaca por su fachada singular, compuesta por un arco de piedra en la entrada, con un águila bicéfala en la clave; y un balcón de cajón en la parte superior, uno de los pocos que existen en la ciudad. Lo particular de la composición es que dos exóticos simios, esculpidos sobre el pórtico de la entrada, sostienen en cuclillas el balcón, haciendo alarde de su anatomía.
Precisamente, una antigua tradición recopilada por Ricardo Palma está relacionada con la fachada de esta casona. En el siglo XIX, Remigio Jáuregui, su propietario, secuestró a una joven monja clarisa de quien estaba enamorado, provocando su excomunión y la ira de los fieles manipulados por los curas de La Merced. Jáuregui sería liberado de todos los cargos por los jueces y, finalmente, contrajo nupcias con la monjita. De hecho, llegó a ser promovido como subprefecto de la vecina provincia de Huanta. Se dice que, aprovechando este nuevo estatus, quiso ridiculizar a los sacerdotes de La Merced mandando a colocar en la fachada de su casa los dos monos que se exhiben sin tapujos.

La Casona Ivazeta
La Casona Ivazeta
Ubicada en el Jr. Callao 207, a 100 metros de la Plaza Mayo, fue edificada originalmente en el siglo XVII y reconstruida tras el terremoto de 1719. La casona tiene una estructura en forma de “L” y consta de dos pisos, con habitaciones, galerías y arcos de medio punto que limitan con un patio central. La entrada principal posee un arco con dos pilastras almohadilladas y una cornisa de friso denticulado.
Destacan sus antiguas puertas de madera, trabajadas con azuela y fijadas en la fachada con gruesos goznes.
La Casona Bendezú
Construida en cal y piedra durante en el siglo XIX, su propietaria hacia 1871 fue Ángela Soto, de quien no se tiene mayores datos. Ubicada en las ‘cinco esquinas’ formadas por las calles Carlos F. Vivanco, 2 de mayo y Londres, el predio reproduce algunos componentes arquitectónicos de las casonas coloniales: amplias habitaciones, galerías, patio y techo a dos aguas. Sin embargo, por haber sido construido durante el periodo republicano, estos sufrieron varias modificaciones.
Así, las habitaciones fueron levantadas hacia el cielo, el tamaño del patio fue reducido y en la fachada el arco de medio punto de la entrada principal fue reemplazado por un marco rectangular tallado en piedra. Además, al segundo piso se le agregó una suerte de altillo elevado que ofrece una singular vista panorámica del centro histórico de Huamanga.