Las chaplas son una institución en Ayacucho desde la época de la colonia. Son panes crocantes y aplanados que, por tener poca levadura, están casi vacíos por dentro. Se elaboran con trigo y tienen un leve sabor leñoso y anisado. Las preparan en grandes hornos de piedra volcánica y barro; y la gente hace cola para llevarse a casa una bolsa repleta. Una de las panaderías más reconocidas es la de la familia Cruzat, que solo prepara chaplas y wawas y hornea dos veces al día.
Restaurante
El Horno
