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Pintura Colonial de Ayacucho

Aug 27, 2024

Ayacucho es una de las ciudades más ricas en patrimonio artístico y cultural de la nación. En los últimos veinte años, gracias a los esfuerzos del Archivo Regional de Ayacucho (ARAy), se está indagando bastante en el devenir histórico y artístico de la arquitectura y bienes religiosos de la localidad desde la época colonial.

Raúl Mancilla Mantilla y Doris Cconocc Flores

Ayacucho es una de las ciudades más ricas en patrimonio artístico y cultural de la nación. En los últimos veinte años, gracias a los esfuerzos del Archivo Regional de Ayacucho (ARAy), se está indagando bastante en el devenir histórico y artístico de la arquitectura y bienes religiosos de la localidad desde la época colonial. Lamentablemente, no es posible abordar la historia de la pintura colonial en Ayacucho en su globalidad, ya que no se han realizado los suficientes estudios. Tampoco se puede determinar la cronología de los talleres de pintores establecidos en la ciudad y las relaciones entre los maestros principales, sus oficiales, discípulos y otros talleres de su entorno. Aunque en los protocolos notariales del ARAy se han encontrado testamentos de pintores de los siglos XVIII y XIX, en los mismos no se hace referencia a sus obras. Por otro lado, la gran producción pictórica que albergan los monumentos religiosos proviene de los grabados europeos que circularon por los talleres de los artistas ayacuchanos de la época.

De todos modos, podemos afirmar que a partir del siglo XVIII se desarrolló una escuela pictórica huamanguina integrada por algunos círculos de pintores que abastecieron las demandas de las órdenes religiosas y los feligreses, pero en una escala modesta respecto a las pinturas producidas por los talleres de la escuela cusqueña.

En un recorrido por las iglesias coloniales del Centro Histórico de Ayacucho se pueden apreciar pinturas al óleo sobre lienzo de influencias de arte italiano, español y flamenco. Por ejemplo, en la Compañía de Jesús se encuentra una pintura manierista de Bernardo Bitti, en la Catedral hay pinturas sevillanas; y en Santa Teresa, Santa Clara, Santo Domingo y San Francisco de Asís se pueden apreciar influencias de grabados flamencos. También se pueden observar influencias de la pintura cusqueña, como en las obras del taller de Basilio Santa Cruz en la Catedral y de otros artistas anónimos en los demás monumentos religiosos de la región.

“La Ultima Cena” ©Galia Mancilla Cconocc

Compañía de Jesús

En el presbiterio del muro epistolar se encuentran dos pinturas notables: en primer lugar, la obra “Sagrada Familia”, del maestro italiano Bernardo Bitti; y “Doble Trinidad”, de un autor anónimo. En la nave del muro epistolar se ubica una serie pictórica de la historia de “San Francisco Javier”, con influencias flamencas, que probablemente fue pintada en uno de los talleres cusqueños del siglo XVII. En el Muro del Evangelio hay pinturas barrocas de los Doctores de la Iglesia. Al ingresar a la Capilla de Jesús Nazareno, se puede apreciar la “Virgen de Cocharcas” rodeada de representantes civiles y eclesiásticos de las órdenes religiosas de Huamanga. Este cuadro podría considerarse el modelo primigenio que posteriormente se difundiría con incorporaciones de paisajes culturales del peregrinaje al santuario de la región. En la sacristía se encuentran lienzos barrocos notables, como “El sueño de José”, de la escuela cusqueña; y “Jesús con vestuario jesuita”.

“Parábolas” ©Daniel Giannoni

Iglesia y convento de Santa Teresa de Jesús

Las pinturas que adornan los muros de la iglesia son de estilo barroco y datan del siglo XVIII. Entre ellas, destaca “El árbol genealógico de los Carmelitas”, que es una copia de un grabado realizado por Diego Mazedo.

“Árbol genealógico de los carmelitas” ©Galia Mancilla Cconocc

La pintura de la “Última Cena” es obra de Luis Carbajal. En ella, los comensales se encuentran rodeados por las carmelitas en la iglesia. En un segundo plano, se pueden apreciar ángeles, un jesuita y, en el lado opuesto, quizá el mecenas o el propio pintor. En la parte inferior del cuadro se puede observar una cartela que indica que “este cuadro fue donado por don Agustín de la Rosa y Carrasco para este Monasterio de las Carmelitas Descalzas en el año 1707”. Estilísticamente, la obra presenta influencias cusqueñas, con vibrantes colores y el uso de esgrafiado de pan de oro en las vestimentas y objetos.

“Descendimiento de la Cruz” ©Daniel Giannoni

Además, la iglesia cuenta con otras pinturas barrocas de gran valor artístico, entre las que destacan “La Sagrada Familia con San Joaquín y Santa Ana”, “San José”, “Virgen Nuestra Señora de Balvanera” y “Crucifixión”. También se encuentran obras anónimas de gran calidad, como la impresionante “Ecce Homo”. Esta última muestra una composición vibrante con personajes en movimiento y gestos expresivos, así como una arquitectura europea en el fondo.

El convento alberga una valiosa colección de pinturas, en la que destacan dos series: la primera dedicada a la vida de Cristo, relacionada con la Pasión; y una segunda que aborda temas evangélicos, milagros y parábolas. Aunque los lienzos son anónimos, es posible que le pertenezcan al mismo autor o, tal vez, fueron elaboradas en el mismo taller. Para realizar sus composiciones, el pintor se inspiró en modelos de arquitectura manierista presentes en las ilustraciones de la obra del jesuita Jerónimo Nadal.

Catedral

En la entrada del templo y a los pies de las naves laterales se encuentran dos impresionantes pinturas: “El Bautismo de Cristo por San Juan Bautista” y “San Cristóbal con el Niño”. Esta última muestra influencias de la pintura cusqueña del taller de Basilio Santa Cruz.
En la calle central del retablo dedicado a la Virgen de la Antigua se pueden apreciar dos lienzos: “La Virgen de la Antigua”, enmarcada en plata; y “La Sagrada Familia”. El primero fue traído desde Sevilla por el deán Bernardo Cipriano de Santa Cruz, mientras que el segundo, de un gran valor artístico, está inspirado en un grabado Renacentista. A ambos lados del retablo se encuentran dos cuadros más: “San Antonio de Padua” y “San José con el Niño”, este último basado en la pintura del gran maestro sevillano Bartolomé Esteban Murillo.

En el presbiterio se exhiben dos pinturas al óleo de grandes dimensiones, ambas con ricos marcos de oro. El lienzo del lado derecho representa el suceso bíblico de la “Pesca Milagrosa”; y frente a esta escena se encuentra el “Triunfo de la Eucaristía sobre la Filosofía y la Ciencia”, inspirado en las composiciones de Pedro Pablo Rubens.

San Juan de Dios

En la actualidad solo quedan dos lienzos barrocos de los cuatro que ornamentaban el templo hasta fines del siglo pasado: “Descendimiento de la Cruz” y “Pentecostés”. El primero está inspirado en modelos realizados en grabados por Pedro Pablo Rubens.
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San Francisco de Asís

En este templo destaca un conjunto de lienzos barrocos en las naves laterales, el presbiterio y la capilla mayor. Entre ellos se encuentra “La Alegoría”, obra realizada por el pintor Fabián Pérez de Medina en 1712, que representa a San Francisco, la Inmaculada, los reyes de España y carros jalados por felinos y aves. También son notables “La Divina Pastora” y la serie dedicada a la vida de Jesús, de influencia cuzqueña. Es digna de admiración, asimismo, la pintura de las “Efigies de los Incas o Reyes del Perú”.

La Muerte

Santa Clara

En esta iglesia, a un lado de la capilla de Jesús Nazareno, destaca la pintura “La lanzada”, de influencia del flamenco Pedro Pablo Rubens. También se encuentran dos lienzos fechados en 1752: “Jesús y Barrabás ante la muchedumbre” y “Ecce Homo”, basados en los grabados realizados por la familia Wiericx. El primero está firmado por Faustino Galindo y el segundo por Basilio Pacheco.
En las iglesias de Nuestra Señora de la Merced, San Agustín, San Francisco de Paula, La Amargura, María Magdalena, Buena Muerte y San Sebastián predominan las pinturas de influencias barrocas de la escuela cusqueña. Aunque algunas podrían ser también obras de un círculo de pintores huamanguinos, se necesitan más estudios para arribar a una conclusión al respecto.

La Muerte

Iglesia San Juan Bautista de Sarhua

Todos los lienzos barrocos de esta iglesia fueron hurtados unos diez años atrás. No obstante, son singulares las pinturas murales de las postrimerías barrocas del siglo XIX ubicadas en las pilastras de los arcos triunfales de la nave, probablemente obra de un artista huamanguino.

La Gloria

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